Si analizamos cualquier cuadro de Ana Saura “Ayén”, nos llamarán la atención los siguientes rasgos:

Preferencia por el Arte figurativo y cromático. Es capaz de obtener unos colores con matices sutiles y bellísimos, inmortalizando la Naturaleza, unas veces; recreándolas, otras, pero siempre ofreciendo calidad y calidez en sus obras, realistas, con un gran toque personal que hace que lo pueda compaginar, incluso, con algunas pinceladas impresionistas.

Dominio del Dibujo. Consiguiendo en cada obra tal perfección de líneas que demuestra su gran capacidad de observación y sentido del equilibrio. Esto, unido a la textura empleada, y al sentido de la proporción, confiere a cada cuadro un estado  de paz, tranquilidad y satisfacción, al ver todos los elementos en “armonía”.

Control de la Luz.; Si nos fijamos podremos disfrutar de penumbra y de claridad, justo en el lugar perfecto, que contribuye a realzar la figura y hace que, al contemplar el cuadro, se sienta un no sé qué de tierno y dulce, de fuerza y viveza, que se va metiendo secretamente en el corazón y te haga querer y querer contemplar el cuadro una y otra vez.

Fuerza expresiva.
Sus obras tienen “alma”, es decir, comunican, te hablan; no son bellezas mudas, frías e hieráticas, sino que te enseñan dónde está la beldad, porque Ayén tiene la cualidad de ver belleza por doquiera que mire y luego la sabe transmitir, cosa que consigue únicamente los verdaderos artistas. "Gracia y expresión" son dos cualidades que adornan a esta artista prácticamente autodidacta, pero que cualquier profesor se congratularía de poder decir que ha sido su maestro.


Mª CONSUELO GINER TORMO.
Catedrática de Arte.
Presidenta de Espejo de Alicante –arte y cultura-

 

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